La Catedral de la Inmaculada Concepción, ícono cuencano
Visitar Cuenca y no conocer las cúpulas de la Catedral Nueva es perder un tesoro de esta ciudad maravillosa
Panorámica de la Catedral
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El turismo no significa, únicamente, el desplazamiento hacia lugares lejanos, exóticos. Hacer turismo es cobrar conciencia y observar con claridad los lugares que destacan por sus valores estéticos, históricos naturales y en fin, todo aquello que hace que un lugar resulte de interés para que la gente los visite y disfrute.
Cuenca es una ciudad eminentemente turística o, mejor, una ciudad con un potencial turístico casi infinito (si cabe el término). Una ciudad con historia milenaria y atractivos naturales que, sin salir de la urbe, encontramos en las orillas de sus cuatro ríos, por ejemplificar. Una ciudad con historia, decía, que se remonta a la milenaria cultura cañari, la posterior llegada del imperio Inca y su debacle a manos de todos esos sucesos que detonaron en la llegada de los conquistadores españoles y lo que a partir de aquello sucedió, la hibridación de dos mundos (el uno vencido, claro) y la mezcla de cosmovisiones que arrojó nuestra cultura barroca, meztisa y multiforme que resultamos hoy por hoy, frente a la globalización y los nuevos cambios que esta propone. Una ciudad completa, sin lugar a dudas, que se abre al turismo mostrando su señorial arquitectura tanto prehispánica (el Museo Pumapungo es un ejemplo de lo dicho) como en la contemporánea y pasando por uno de los rasgos fundamentales de nuestro casco colonial: las iglesias.
Vista desde las Cúpulas hacia el Parque Calderón |
Y es que, cuencano que se precia de serlo, de seguro, ha hablado de todas las “tantas iglesias” que alberga nuestro centro histórico. Quizá la única ciudad en el sur de nuestra América con dos catedrales en la misma plaza central, enfrentándose en historia y belleza.
Por esto, nos parece pertinente hablar de degustar de lo que tenemos “patio adentro” de esta ciudad multiforme y maravillosa que deslumbra a quien la visita merced a todas sus posibilidades porque, como decía un amigo, debe ser hermoso para los turistas llegar a Cuenca y ver la catedral, imponente, ocupando una dimensión que se equipara solo a la fe de esta ciudad de agua e iglesias.
Una de las más grandes del Ecuador y de América
Cúpulas de la Catedral por la noche |
Situada en plena plaza central, el Parque Calderón que se convierte en el corazón de esta traza en damero de la ciudad de estructura colonial que es nuestra Santa Ana de los cuatro ríos de Cuenca, la Catedral de la Inmaculada Concepción, a no dudarlo, simboliza la fe de esta comarca con aires de urbe que encanta a propios y extraños con su arquitectura y paisajismo urbano.
El proceso de su construcción lleva parte del espíritu cuencano que lleva a cabo todo aquello que se propone, aunque al comienzo pudiera parecer un imposible. Ahora bien, todos la hemos visitado pero, no todos, me parece, hemos dimensionado el hecho del tamaño de nuestra catedral, sobre todo pensando que la misma empezó a ser levantada allá por los años 1880, cuando Cuenca no era más que la plaza en frente y una hilera de casas a lado y lado. Se entiende a donde quiero llegar? La Catedral nueva fue concebida como una mega estructura que quería deslumbrar a quien la divise por el tamaño, para aquel entonces, mayor a la ciudad misma.
La iniciativa, cuenta la historia, se la debemos al Obispo Miguel León quien, con el diseño del hermano redentorista y visionario Juan Stieehle, dieron forma a este sueño exuberante y quizá, para aquel entonces, delirante. La construcción de este hermoso, emblemático e icónico edificio para la historia y el imaginario cuencano concluyó casi un siglo después cuando, en 1967, se celebró la consagración de la Iglesia Mayor de Cuenca.
La arquitectura de este orgullo cuencano presenta varios elementos que merecen ser destacados, desde los diferentes estilos que podemos evidenciar, como el gótico y el románico (que es el que predomina) y los detalles que brillan por si mismos como los arcos de medio punto, las columnas cruciformes entrelazadas, el altar mayor cubierto con láminas de pan de oro, las columnas salomónicas que lo sostienen y presentan ricas decoraciones o los vitrales de distintas procedencias, como Alemania y Bélgica y la manufactura de artistas reconocidos como Guillermo Larrazabal o el piso de mármol importado de Carrara, Italia y los doce colores que enriquecen la estructura de cruz latina de la construcción y así, una serie de detalles que hacen de esta catedral, orgullo de la ciudad, una de las más hermosas e impactantes de América.
Actividades en la Catedral Nueva
Como parte de la estrategia de turismo “Conoce tu destino”, que impulsa la Fundación Municipal Turismo para Cuenca, este domingo 7 de julio …. Estudiantes de la Universidad de Cuenca brindarán, gratuitamente, el servicio de Guianza en la Catedral, para quienes quieran conocer a fondo la historia y arquitectura de la misma, así como para quienes quieran acceder a las Cúpulas o a la Cripta, misma que tiene cerca de 100 metros de largo por 12 de ancho y que descansa como 5 metros bajo la superficie de la nave central y en la cual encontramos, a más de esta historia oculta por muchos años, cientos de nichos y las osamentas de 4 obispos que descansan en este lugar, ahora abierto al turismo.
Cápsula
Se puede visitar las Cúpulas de martes a viernes, desde las 8 hasta las 12 y desde las 13h30 hasta las 16h30; sábados y domingos de 8 a 12h00.
El costo de ingreso es de $1,00
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