La Catedral Vieja, una joya dentro del
Tesoro Cuencano
Uno de los edificios más antiguos de la ciudad y el país
Vista de la Catedral al amanecer
Cuando hablamos de Cuenca no podemos
dejar de pensar en la belleza del Centro Histórico de esta ciudad milenaria que
conserva una huella española en la traza en damero de la urbe, así como en
varios edificios coloniales o de estilo colonial que hacen de esta ciudad un
paraíso arquitectónico para admirar y caminar encontrando todos los detalles imaginables,
además de las singularidades que la hacen Patrimonio de la Humanidad: dos
catedrales en un parque central dedicado a un niño héroe; una plaza hecha de
flores y 22 iglesias en menos de 200 hectáreas; cuatro cruces delimitando los
límites de la vieja urbe que, hace 60 años, no era más que unas 3 cuadras a
partir del parque y cuatro ríos alimentando un valle rodeado de montañas
sagradas para la cosmovisión cañari, sin contar con que, uno de ellos, nuestro
Tomebamba y en medio de esta contemporaneidad, divide la ciudad antigua de la
moderna y floreciente, otro lujo arquitectónico para el país y el mundo.
Una ciudad como sacada de un cuento o
mejor, una ciudad que va descubriendo un cuento de escenarios vivos, con
paisajes en donde el hombre a descrito su visión para lo sacro tanto en las
montañas como en las iglesias y éstas, sobreponiéndose al tiempo, nos las traen
como para que no olvidemos el espacio que nos sostiene en cuanto colectividad y
todas las herencias que ostentamos.
Por aquello, me parece necesario conocer
y enamorarnos de esta ciudad viva y activa que se abre al turismo interno a
través de esa bien pensada campaña que la Alcaldía y la Fundación Municipal
Turismo para Cuenca emprendieron proponiendo que el cuencano se embeba de su ciudad,
recorriéndola paso a paso en sus edificios emblemáticos, como lo es la Catedral
Vieja.
Convertida en museo, los secretos de esta
edificación se abren al público
Interior de la nave central
Construida apenas 10 años después de la fundación española de la
ciudad, la Iglesia el Sagrario o Catedral Vieja hace honor a su nombre al ser una
de las edificaciones religiosas más antiguas del país. Por otro lado, contando
con las bases sobre las cuales se levanta esta hermosa y ecléctica edificación,
es decir, tomando en cuenta que para su construcción se utilizaron piedras
labradas de la ciudad Inca de Tomebamba, deberíamos decir que su antigüedad
rebaza nuestra historia en cuanto civilización occidental, ya que, como decía
Juan Matus, el mítico personaje de Castaneda, los objetos se guardan partes de
la realidad a la que se deben.
Sin embargo y lo que importa es que la Iglesia del Sagrario nació
como tal el 12 de abril de 1557, de la mano con la fundación de nuestra ciudad
y que, en su estructura y función española-mestiza, articula el corazón de la
urbe al emplazarse en el Parque Calderón, junto con las edificaciones que
detentaban el poder social y religioso en aquellos tiempos.
Iglesia, Catedral y ahora Museo de Arte Religioso, el visitante no
puede pasar por alto la belleza que resaltan todos los detalles de este
edificio que tardó 6 años en ser restaurado, debido a la enorme cantidad de
tesoros artísticos que alberga. Y podríamos tardar horas en intentar describir
todo lo que hace de éste un lugar de visita obligada para el cuencano y para el
turista, pero bástenos con decir que obras como La Última Cena, de esculturas
tamaño natural talladas en madera y tela encolada (tela cocinada con cola de
conejo, como pega), atribuidas al artista Daniel Alvarado; o el órgano tubular
que, a pesar de lo que muchos piensan, fue hecho en Cuenca por Estevan Cardoso
en 1739 (para que funcione se necesita del trabajo de por lo menos 5 personas,
para dar fuelle y entonar el instrumento); o el púlpito de madera y pan de oro
hecho por Sangurima y en el cual, como ejemplo de todo lo que encierra, podemos
observar los pasamanos de las gradas de ingreso que simbolizan las costillas de
Cristo o, para los amantes de la pintura, la más antigua encontrada en la nave
central de la iglesia, rescatada detrás de una pared bajo varias capas y que
data del año 1573, rescatada gracias a un documento en el cual se narra la
donación de dicha pintura para la iglesia.
Como podemos ver, una estructura que dice mucho de lo que es
Cuenca: antigua, hermosa, rizomática y llena de encantos al punto de, como dijo
el sabio colombiano Caldas, al referirse a la torre de nuestra catedral: “torre
más célebre que las pirámides de Egipto…”, haciendo referencia al servicio que
brindó la misma en cuanto punto de referencia, junto al cerro Francés Urco, en
Tarqui, para la medición del cuadrante terrestre de la Misión Geodésica
Francesa.
Es difícil intentar resumir toda la belleza e historia que
encierra la Catedral Vieja de Cuenca por lo que, me parece, lo mejor es ir,
caminarla, disfrutarla y escuchar atento a la interpretación que los guías de
planta tienen para compartir con los turistas.
Cápsula
Abierta de lunes a viernes, de 9 a 13 y de 14 a 18 horas. Los
sábados y domingos abre de 10 a 13 horas, excepto este domingo que, como parte
de la campaña CONOCE TU DESTINO, abrirá hasta las 16h00.
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